El pasado miércoles, día 5, nos
subimos a un autobús pequeño para los cuerpos y las ganas de ir a Ser
y Estar, pero suficiente para ayudar a
movernos. Solo algunas mujeres, pocas, muy pocas, de Tobarra, y dos únicos
hombres, de edades tan distintas, pero que, mirándoles, yo intuía la misma edad
en sus ojos chispeantes. Hombres que van junto a sus mujeres allá por donde
ellas caminen. Hombres que han entendido que el uno sin la otra, y viceversa,
carecería de sentido para el camino que emprendieron cada uno en su década para
avanzar, juntos, hasta que la muerte les
separe.
Reímos, opinamos y cerramos los
ojos para abrir la mente. Respiramos cordialidad y causa común ante una
necesidad de decir al mundo, con nuestra presencia, que somos muchas, pero que
aún, todavía, no somos suficientes. Que no basta con dejar que otras vayan y
que nos representen, sino que vayamos,
porque ir es llegar a cualquier parte y la unión hace la fuerza.
Falta demasiado, aún, todavía.
Se palpa, se sufre una involución atroz. Como si quienes ponen palos a las
ruedas del avance, con sus ideologías y mentes caudillistas, quisieran ser los
líderes absolutos de un universo que inexorablemente se mueve y evoluciona,
pero para tenerlo dominado y quieto, porque así va mejor para sus intereses
torticeros, y porque el avance les puede hacer caer del trono donde quieren
reinar, in saécula, saeculorum… Y así nos va, aún, todavía.
Calladas nos quieren, sumisas
siempre. Pero no he venido yo a este mundo para ser ni la una, ni la otra y, en
la medida que pueda, mientras la mente me acompañe y el cuerpo aguante,
aportaré mi granito de arena para ser montaña y contar al mundo que podemos ser
menos, pero absolutamente necesarias. Que para parar el avance de la involución
en cuestión de moverse, aunque caigamos, porque en saber levantarse está la
posibilidad y retroceder nunca, ni para coger impulso.
Dejo algunas fotos de un día en
el que ser mujer aún, todavía, requiere esfuerzo y manifiesto para evitar
quedarse quietas, porque eso es permitir que el monstruo nos alcance y engulla.
Estoy y debemos estar enfocadas
en la lucha por la Igualdad, porque ver no es otra cosa que saber mirar, y no
hay peor retroceso que cerrar los ojos para hacerse el ciego ante la necesidad
más vital que es saber vivir en RESPETO Y LIBERTAD.
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