Salón de palabras

Bienvenido/a. Has abierto una puerta a un mundo mágico. La Voz de los Días tiene la facilidad de convertir la cotidianidad en sueños posibles, de hacernos ser lo que siempre hemos querido ser; volar con la libertad de un pájaro, dejar que la imaginación nos lleve a aquellos lugares que nuestro cuerpo no se atreve, o a veces no puede... En definitiva, ser nosotros. Leerme - me permito lector/a ser osada-, será para ti la prueba de que la Palabra consigue, y en este rincón especial al que has llegado, que poco a poco te quedes atrapad/a y no quieras seguir dando vueltas en busca de lo que ya has encontrado... En este libro cualquier sensación se parecerá más a un sueño que a una posibilidad. Ponte cómodo/a... Y si quieres conseguirlo, tus deseos son órdenes.


lunes, 22 de agosto de 2022

JUEGOS FLORALES DE TOBARRA

 


Crónica del Día: En 2010 tuve el honor de ser Mantenedora de los Juegos Florales de Tobarra. Cuando pocos y algunas sabían que yo juntaba letras para formar historias, Rosario Clemente (te sigo recordando), Concejala de Cultura, ya me había declarado “su ídola”. Entraba a hurtadillas en mi blog de “Lengua de Gata” y me confesaba que “le maravillaba de mí la forma especial de ironizar y buscarle a todo un por qué, para narrarlo con maestría y sentimiento”. El día 21 de agosto de 2010 que pronosticó que yo acabaría escribiendo un libro, abrió en mí la espita de “la libertad de expresión” en negro sobre blanco y directa al público, entiéndase en sentido literario, porque literalmente poco me calla en el libre albedrío de mi expresividad léxica o de pensamiento. (Aunque también calle demasiado, para qué vacilar de voz inquebrantable, porque también es un arte guardar silencio)… Fue en 2014 que publiqué mi primer libro “La Voz de los Días”. Libro que aún sigue reposado en muchas mesitas de noche, que también sirven para el día, de personas que me dicen que sus relatos, cuentos y poemas en él contenidos, tan basados en la realidad ficcionada, les sirven para momentos en que necesitan reír con las vidas de otros, tan suyas, o echarse unas lágrimas para soltar el lastre que amarra la cotidianidad…
En 2019 publiqué, con amigos literatos, "Cinco voces y un Lápiz". Un hermoso libro ilustrado, por Marisa, al que sorprendió la pandemia y solo fue presentado días antes de que nos confinaran, quitándole así una posibilidad de entregarse más y mejor para deleite de sus posibles lectores.

Desde esos Juegos Florales, a los que a la sorpresa de muchos por el descubrimiento literario, se sumaron una marabunta de actividades literatas por toda la Piel de Toro de nuestros desvelos. Ora en Verso, ora en Prosa por pueblos y ciudades. Ya dormitando en hoteles, pensiones, albergues, casas de amistades o viajes de ida y vuelta… El caso fue y es un no parar por y para darle rienda suelta a mi imaginación literata (y no pararé mientras me quede un hilo de palabra dispuesto y la capacidad cognitiva no me deje varada en la otra orilla)…
Pero a lo que la crónica se refiere: Juegos Florales de Tobarra… Muy pocos me he perdido. Si acaso aquellos en que la edad de la inocencia no me permitía ir sola ni al Cine Avenida, a escucharlos, o a entender nada de lo que esos “señores serios” de entonces que se erigían en Mantenedores de la Palabra., disertaban de una u otra forma de entender el momento... Que los hemos tenido de todas las familias y condición. Algunos, tengo que ser sincera, verdaderos “peñazos” de lecturas interminables sin respeto por el respetable que remolineaba en el sillón con ansias de lanzarles un libro para despertarlos de sus ególatras disertaciones, porque algunas distaban mucho de ser literarias… Hasta un año tuvimos a un “Hombre del Tiempo”, al que confieso que no fui a escuchar, por mucho Montesdeoca que se apellidara y presentara el “Telediario”… Ese año me ganó una playa mediterránea y antepuse el culto al cuerpo serrano al culto preciso a la lengua española.

Sólo una mujer antes que yo fue Mantenedora de los Juegos Florales. Rubí Sanz, de Albacete y, por suerte, se sucedieron después Pilar Contreras, Concepción González, Carmen Navarro… y la última de este año, Verónica Rubio, de este pueblo de nuestras entrañas. Cinco mujeres, cinco, en la afamada Gala Literaria de Tobarra para deleite de propios y extraños. Cinco mujeres, cada quién con lo suyo, que hemos podido tener el placer de deleitar al respetable. Unas más literatas, otras menos, pero, en definitiva, responsables máximas de momentos llenos de emotividad, ilusión y ganas de hacerlo lo mejor para y por lo que el motivo procura: Ensalzar la Literatura y, sobre todo, a la Mujer en la dimensión de Reina por unos días o Tobarreña de Honor para los mismos. Porque sí, es un honor, en momentos como éste, de estar ahí y poder contarlo...

En esa mesa barnizada de tiempo, a la que yo nombré en mi intervención, se han apoyado tantas manos llenas de historias posibles... Mesa antigua con pátina de sueños... Mesa alumbrada por la imaginación... Mesa donde se reposa, por unas horas, la responsabilidad de hacer que quién escucha, sienta…

Vaya mi felicitación a todas y cada una de las mujeres Mantenedoras. A todos y cada uno de los hombres Mantenedores que desde el año I (y vamos por la XLIV edición) lo hicieron posible. A los que escuché atentamente, a los que no soporté, a los que no estuve, a quienes glosaron Tobarra, su Reina y Damas de las Fiestas o ni las nombraron… Porque de todos y todas, de corazón, es por un día el Reino de la Palabra que, en definitiva, es lo que importa…

M. Carmen Callado, La Voz de los Días.

Aquel día de ese año comenzó, en realidad, la trayectoria literaria que ya no pararía.