Bienvenido/a. Has abierto una puerta a un mundo mágico. La Voz de los Días tiene la facilidad de convertir la cotidianidad en sueños posibles, de hacernos ser lo que siempre hemos querido ser; volar con la libertad de un pájaro, dejar que la imaginación nos lleve a aquellos lugares que nuestro cuerpo no se atreve, o a veces no puede... En definitiva, ser nosotros. Leerme - me permito lector/a ser osada-, será para ti la prueba de que la Palabra consigue, y en este rincón especial al que has llegado, que poco a poco te quedes atrapad/a y no quieras seguir dando vueltas en busca de lo que ya has encontrado... En este libro cualquier sensación se parecerá más a un sueño que a una posibilidad. Ponte cómodo/a... Y si quieres conseguirlo, tus deseos son órdenes.
La primera vez que narré sin que una página me acompañara. (Hice lo que pude) En 46 horas ininterrumpidas de cuentos, aunque el sueño te atrape, la ilusión está despierta. Ha sido un placer estar ahí.
Algunas imágenes del 25 Maratón de Cuentos de Guadalajara. Llegar al Palacio del Infantado el sábado y entrar en la magia de la ciudad. Los sueños sueltos, las calles repletas. Yo, en el Zaguán, temprano, allí donde narró la madrugada, pero no por ello menos mágico. Quizá otro año pise el escenario grande, quizá prefiera el pequeño, porque para la Palabra y los Sueños no importa el espacio. Narré "La Fuerza de las Palabras" y las llamé cuento-historia de realidad y fantasía. Porque es así como lo creé aquél verano, como lo viví, como lo soñé; como lo cuento. Eran esas las palabras y no otras, las que quise llevarme. No son nuevas, pero tampoco son las mismas… (La excesiva luz del escenario no enseña mi cara, pero mi voz siempre es la misma), saldrán de mi boca como salieron de mi imaginación… Libres y mías. Por eso las regalo… Y esta vez, las traviesas Palabras se hicieron Guadalajara en sus calles, sus gentes, sus sueños...
Aquí estoy, a esa hora temprana en que me tocó contar lo que quisiera. Mi nombre ya es Guadalajara y cuentos.
Esta fotografía me encanta. Demuestra como los cuentos siguen despiertos en la madrugada (aunque alguna organizadora se rinde) y las cuentistas se tapan con mantas de junio. Fueron tres días de cuento. Si la fuerza me acompaña, volveré...