¡Eh, tú, para! Ya están en camino los Reyes Magos, esos que, sin discurso, nos piden a
gritos que tengamos un buen detalle con nuestros seres queridos en estos momentos de tradición. Quizá también
tienes un cumpleaños cercano o que alguien celebre que se llama por su nombre ¿Y tú
qué, a romperte la cabeza pensando en qué regalarle? Que si unas bragas, un
perfume, un viaje económico, una botella de ron para los mojitos o unos
calzoncillos con dibujos... Que no, que no hay nada como regalar palabras y, si
son mías, ya te aviso que no defraudarán… Si no, date una vuelta por las
librerías de Tobarra, Hellín y Albacete (de momento) y ya me dirás…
LA VOZ DE LOS DÍAS
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Y yo tengo que, de nuevo, dar las gracias: a ti, a él, a vosotros, a ellos. A tantos (muchos) como tienen el libro entre sus sueños, y que, de boca en boca (en buenas bocas) que es donde mejor van las voces, hacen que las palabras vayan y vengan, hayan cruzado charcos y veredas, caminos, pueblos, ciudades y países... Pero, sobre todo, lo que más me emociona es que ha llegado al corazón de las personas.
Me llegan muchísimos comentarios de lector@s (un día los recopilaré todos), sobre lo que sienten al re-leerlo y, sobre todo, la grata sorpresa al descubrirme. Pero soy yo, una vez más, la que se descubre ante todos vosotros y os da, una y mil veces, las gracias mientras me quito el sombrero... Por vosotros.