Fragmento:
Los días siguen poniendo voz al calendario. El día internacional sin tabaco tenía que tener su lugar en este libro que habla cuando lo miras y te dice bajito que ya está bien de malos humos...
Los Pulmones se
habían reunido de urgencia en el gabinete de crisis.La situación que les
contemplaba, no permitía dilación alguna. Hacía tiempo que deberían haber
tomado una decisión que les permitiera a ellos, y a otros congéneres, salir
airosos de la lúgubre caverna en la que se habían ido metiendo —por culpa de su
falta de sentido común—, que había derivado en dependencia y rebeldía.
Pero aún estaban a
tiempo. El mal ya estaba hecho; en mayor o menor medida, pero si se unían, la
fuerza les haría ganar la batalla a la encarnizada guerra que se estaba
librando en sus dominios.
La cosa no pintaba
bien. Todo era negro —como futuro incierto—, porque el sistema que les
gobernaba les había dejado fuera de combate. Sin reservas para vivir con la
calidad necesaria, ni fuerzas suficientes para plantarle cara a los desafíos de
una vida, a veces tan alegre y sana, y otras, tan abocada a los malos humos.
La Nicotina, enemiga
acérrima desde que le abrieron las puertas de su intimidad, les estaba jugando
muy malas pasadas. No solo les hacía perder cantidades importantes de los
exiguos ingresos que entraban por la puerta sino que se jugaban, a la carta más
alta, la salud que se escapaba por la ventana, como ladrón descubierto
llevándose la plata.
Cuando llegaron a la
asamblea convocada, la Bronquitis y el Asma se situaban en los sitios
habituales que por años venían ocupando...