Sea como fuere, el caso es que se nos acaba otro año más en todo, 2015 cumplió su cometido. No quiero pecar de aguafiestas, pero más que acabar, se escapa, porque a quién más y a quién menos, se nos escapan momentos, oportunidades, sueños... y cada vez tenemos más días y menos tiempo… Por eso, como la ocasión la pintan calva, y ya que esto de desear buenaventuras de fin de año es tradición, que mejor ocasión para no perderse en tonterías y que afloren los mejores sentimientos, sin resentimiento, y un deseo que lanzo al viento y es que en 2016 yo pueda seguir siendo La Voz de los Días, porque hay mucha vida que contar y mi deseo es que me leáis
Que el año que comienza sea para todos como cada quién en sus sueños quiere lograr y la Salud nos ayude a seguir junto a calendarios que se quitan la ropa y la vergüenza...
Y la Paz, por favor, la Paz...