Crónica del día: 14 de abril.
Otra fecha para anotar, como fija, en el calendario. Participar en la gala a
beneficio de la Mujer Afgana "Cuando solo queda la voz", ha sido una
experiencia preciosa, pero creo que también ha tenido algo de catártica para
muchas de las personas que formamos parte de ese evento ayer, en el Teatro
Circo de Albacete.
Por una parte, para mí, un placer
que dos de mis micros poemas, "Burka", que tiene ya casi 15 años y
está incluido en el libro "La Voz de los Días" y el creado para esta
ocasión "Entretela" hayan sido traducidos al Persa y que juezas
afganas les hayan puesto voz. Por otra parte, que yo misma, junto con otras
seis estupendas mujeres, españolas, nos metiéramos en un burka, con la emoción,
el calor y algo de nervios, fue, al menos hablo por mí, especialmente
conmovedor. Ver reducido a través de una celda de minúsculos agujeros, estar
continuamente tapada la cabeza con una tela, puede producir una especie de
claustrofobia de la que, por desgracia para las mujeres afganas, aunque parezca
una prisión frágil, no les es posible la liberación. Por suerte, para nosotras,
solo fueron minutos, pero dentro de él y mientras se iba recitando en persa y
español, me sentí, por momentos, encerrada, agobiada, tensa y la emoción me
pudo. Y eso, sin duda, es la empatía que se es capaz de sentir ante quién se ve
obligada a encerrarse y claudicar, en vida, o lucha por intentar vivir en
libertad, aunque se le pierdan tantas cosas en el camino.
Fue especial escuchar recitar a las juezas afganas. Se percibía su
sentimiento al ser protagonistas de algo bonito, llevado a cabo para ellas.
Luego la traducción al español por las siete mujeres españolas que fuimos
afganas un breve momento pero, especialmente emotivo fue, la causa que nos
llevó hasta allí, que era ayudar a esas mujeres con gran carga tras de sí, por
haber nacido donde la vida no vale nada.
Gran alegato el de la magistrada Gloria Poyatos que, como en el mejor de los monólogos, expuso la situación, nuevamente terrible, de la pérdida de libertad y democracia en Afganistán y como afecta, especial y tristemente a la mujer.
En momentos como este, todas
somos iguales en la causa por ayudar, por colaborar, por poner un pequeño
granito de arena, cada quién en su forma de hacer, porque lo importante es
hacerlo.
Encantadoras también la
magistrada de violencia sobre la mujer, de Albacete, Cira García, que recitó mi
poema "Entretela" y nos dejó su amabilidad y simpatía grabada en los
abrazos, y Flor de Torres Porras, fiscal delegada de violencia a la mujer en
Andalucía, que nos dejó la impronta de su sensibilidad “aprendiendo” a recitar,
porque dijo no haberlo hecho antes, porque lo suyo son otras letras.
Igualmente encantadoras Llanos
Salas, Amanda García, Pilar Morales y Reyes Aznar. Lamentablemente Llanos
Monteagudo, por estar enferma, no pudo participar. Fue sustituida en su
intervención por la fiscal Flor de Torres. Maravillosa ella con su deje andaluz
y su chispeante alegría, en eso de improvisar
porque el momento lo demanda.
Magníficas todas las actuaciones
que siguieron, por parte de artistas de Albacete, que también emocionaron con
su bien cantar, bailar y decir.
Por lo que, la gala “cuando solo
queda la voz”, fue mucho más que una buena intención de ayudar a las mujeres
que se encuentran en la situación de huidas de su país, apartadas de sus
carreras profesionales, de la lucha por la igualdad y la convivencia en
armonía, de sus familias... Fue, sin duda, una gran oportunidad de sentirse un
poco mejor dentro de nuestra piel, porque podemos tener aquello que a estas
mujeres les ha sido robado y negado. Libertad.
M. Carmen Callado,
La Voz de los Días
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