El viernes 22 en el salón de actos de la Cruz Roja, organizado por la UNEE y en colaboración con el Centro de la Mujer y la Asociación "todos por la igualdad de género de Tobarra", tuvieron lugar las Jornadas que, con motivo del día de hoy, "día mundial contra la violencia de género", se llevaron a cabo, en un emotivo encuentro entre ponentes, asistentes y esta que es "La Voz de los Días". Hace unos dos años escribí un relato llamado "Lágrimas en las cebollas", tan impactante que los niños que estaban en la gala celebrada en la Casa de la Cultura, se acercaron a mi, compungidos, y con una ternura infinita me preguntaron si a mi me había pasado lo descrito en el relato. Les dije que no, que era solo un cuento, pero viendo sus caras, me prometí que nunca más volvería, en mis relatos "a matar" a mujer alguna, porque la violencia se escribe sola y yo, al menos yo, no le daré cancha a los maltratadores en mi literatura. Así que, como de un tiempo a esta parte, y haciendo propio para mis letras el lema de "hay salida", yo siempre daré una salida a todas esas mujeres que, en vez de caricias, a manos llenas, reciben golpes, a puño cerrado y otros acaban con sus vidas.
PENSANDO EN TI.
Carta a una mujer que pudo seguir, que supo encontrar una salida.
Hoy, de nuevo, pensamos en ti. Aquí estamos,
otra vez, recordando el esfuerzo realizado hasta conseguirlo, y para que no se
te olvide todo lo que lograste. Sabemos que te llegará nuestro aliento. Con lo
fácil que es ahora que las cartas son un simple intro en el ordenador.
Te imagino en estos momentos haciendo lo que
siempre quisiste hacer, cuando buscabas momentos de tranquilidad en un sonido
apacible, y simplemente era poder escuchar música (que no es poco). Te veo
sonreír mientras te recreas en el ordenado desorden de tu casa, como tú
decías, mientras los niños esparcen los
juguetes por su nueva vida, que también es la tuya.
Sé que tardaste mucho en fabricarte las alas
que tienes pegadas a la espalda. Que volar te costó el esfuerzo titánico de
intentarlo, pero que valió la pena todos los golpes de las caídas, porque ahora
ya no haces trincheras con los pañuelos, y tus lágrimas se quedaron en todos
los descampados de tu vieja casa, de tu antigua vida.
Hoy, de nuevo, nos hemos reunido para celebrar
que un día pudiste coger aquel tren de larga distancia, cargando una maleta de
incertidumbres, con las manos tiernas de los niños apretadas a las tuyas,
cuando en el andén te despediste de tus miedos. Y yo, que ya me conoces de
todos estos años, sabes lo que me gusta eso de contar cuentos, y teniéndote en
cuenta, no me he podido resistir y, aquí estoy, rodeada de ya sabes quién:
gente con un corazón, tan grande, que se les ha puesto morado. Espero que te
guste, se llama "El Camino", una alegoría sobre la liberación, y para que no se te olvide, todo lo que hacemos pensando
en ti.
...Te llamaste
Huella, Destino…
A veces,
Esperanza.
Caminabas por el tiempo que se colaba por las
rendijas de tus zapatos rotos ¿Pero, donde ibas?... ¿Qué cargabas en la mochila
doblegaba por el peso? Quizá sólo los recuerdos, la vida que habías escrito,
muchas veces, en renglones torcidos.
¿Cuantos nombres tuviste antes de llegar aquí?...
También te llamaste Nostalgia. Otras veces, Miedo o Duda.
Cuando te encontré,
miré a tus ojos color cielo y te
hiciste calma. En tu pecho habías prendido una amapola y una mariposa se
mezclaba con las hebras doradas de las espigas, hechas cabello.
Sonreíste, sin que en tu boca se dibujara alegría,
pero yo supe que habías encontrado, por fin, la Paz para tu dolorida
existencia.
Tendí mi mano hacia la tuya, y te izaste de la
piedra donde se hizo reposo tu arrastrado cansancio.
Comenzamos a caminar. Sin palabras ni preguntas;
sólo con la seguridad de avanzar sin volver la vista atrás, donde quedaron
todos tus nombres.
Luego supe que te llamabas LIBERTAD.
Carmen Callado.